Más del 35 por ciento de las personas sufre, al menos una vez en la vida, molestias motivadas por los temidos hemorroides. Es el precio que tiene que pagar la raza humana por vivir parados sobre dos extremidades, ya que se ha demostrado que ningún animal que anda en cuatro patas los padece.
“Sólo los hombres y los monos tienen hemorroides, porque se pusieron de pie”
En los humanos y en los monos el retorno venoso del plexo hemorroidal se hace en contra de la gravedad. Esta peculiaridad, junto con otros factores de riesgo habituales en nuestra sociedad, provoca que en un porcentaje muy significativo de personas las venas de la última parte del recto se dilaten, formen auténticos paquetes varicosos y se inflamen, dando origen a los hemorroides.
Las consecuencias de estas dilataciones varían de forma muy marcada. Hay personas que no manifiestan síntomas, a pesar de tener hemorroides pronunciados. También hay gente con frecuentes hemorragias rectales. Lo más corriente, para aquellos que los padecen, es pasar por episodios dolorosos muy molestos motivados por crisis hemorroidales, que acaban resolviéndose en un tiempo variable, que va de unos días a un mes.
¿Qué son las Hemorroides?
| Los hemorroides son dilataciones de los plexos venosos (redes de venas) que se ubican en el recto y el canal anal. Existen dos tipos: internos y externos, y cuando se dan los dos juntos se denominan hemorroides mixtos. Los externos son como “orejas de piel “, y se dan en especial en las mujeres después del parto. En los internos , los síntomas más comunes son la salida de masa desde el recto (prolapso) y hemorragia. En los hemorroides externos el síntoma es la trombosis, que es la aparición de masa en la región perianal. El cirujano distingue: “Una cosa es tener hemorroides, y la otra es tener una patología hemorroidal. Es decir, tener hemorroides no necesariamente implica hacerse un tratamiento. La indicación de tratarse está dada por los hemorroides sintomáticos, que a cada rato hacen trombosis, prolapsan o sangran”. Los que más duelen son los externos trombosados. Los hemorroides internos no duelen, excepto cuando hay masiva salida del prolapso. |
| Los más expuestos |
| Aunque los hemorroides son muy comunes hoy en día, hay quienes tienen mayor riesgo de desarrollarlos, como las mujeres embarazadas. La razón de la frecuencia de esta patología durante la gestación es simple: “El aumento del tamaño del útero compromete el retorno venoso no sólo de las piernas, sino también el que proviene de la pelvis. Por eso, las gestantes tienen una mayor incidencia de hemorroides”, señala el doctor Larach. También están más expuestos quienes tienen várices en las piernas, los obesos y quienes trabajan muchas horas de pie. Existe un factor hereditario importante, sobre todo si el padre o la madre los ha padecido. Quienes hacen ejercicios abdominales fuertes con máquinas, o viajan largas horas sentados en los aviones-sobre seis a ocho horas-, tienen más posibilidades de desarrollar trombosis de los hemorroides externos. |
| Prevenir es mejor que curar |
Eliminar la constipación (estitiquez) ayuda a no desarrollar hemorroides, ya que hacer fuerza al defecar puede provocarlos. Es recomendable evitar ejercicios de gran carga intraabdominal, en especial con máquinas (en las personas con mayor susceptibilidad). Consumir una cantidad de fibra adecuada (presente en frutas y verduras) ayuda a tener una buena digestión y es una forma de prevenir este mal.
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