Operación: Hemorroides

Yo ya había probado casi todos los remedios para las hemorroides que había en existencia cuando mi doctor me dijo que tendría que hacer algo más drástico. La primera opción que me ofreció fue hacer una ligadura de hemorroides con banda elástica. El procedimiento suena asqueroso, pero sencillo. Se amarra una pequeña banda elástica a la base de la hemorroide, deteniendo la circulación de la sangre. El tejido muere y se cae, y se forma una cicatriz. El problema es que este procedimiento es bastante doloroso, la lesión sigue sangrando durante un tiempo y puede infectarse. Y encima de eso, muchas veces la hemorroide regresa.

Yo ya estaba harta de sufrir por hemorroides, así que le dije a mi doctor que prefería que me operara, aunque fuera más doloroso. Pero cuando me empezó a describir las opciones de cirugía, descubrí que todas significaban pasar por muchísimo dolor, bastante riesgo, y ninguna garantía de éxito, además de efectos secundarios espantosos.

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Por ejemplo, hay una operación que se llama “dilatación,” en donde se estira el esfínter para hacerlo mas grande. Esto ayuda a que las hemorroides no hagan tanta presión, para que puedas hacer del baño sin dolor. El problema es que muchas personas sufren un daño irreparable al músculo del esfínter – y entonces sufren incontinencia. Esto obviamente no era una opción para mi.

Otro tipo de cirugía es una hemorroidectomía. El doctor extrae tus hemorroides, pueden ser externas o hemorroides internas. Es un procedimiento sumamente doloroso – tienes que tomar medicinas muy fuertes (de hecho, son narcóticos), y no puedes regresar a tus actividades normales durante mínimo quince días – o hasta un mes completo. Aunque los efectos duran mas – hay menos chance de que las hemorroides regresen – los riesgos de algo tan invasivo, encima del largo tiempo de recuperación, me hicieron pensarlo dos veces.

No sabía que hacer. Estaba desesperada por deshacerme de mis hemorroides, pero sentía un miedo enorme al contemplar una cirguia asi. O sea, tener que hacerme la operación en primer lugar me daba muchísima pena. La idea de alguien operándome ALLI . . . pues obvio que lo encontré muy desagradable. Pero cuando entendí todos los riesgos y todo el dolor y la muy real probabilidad de que nada pudiera curar las hemorroides para siempre . . . lo pensé mucho antes de tomar una decisión.

Pero luego me llegó una noticia . . . estaba embarazada. Por el momento, todo lo relacionado con cirugías y procedimientos pasó a segundo plano. No iba a hacer nada que pusiera en riesgo a mi bebé. Y aunque mi embarazo empeoró mis hemorroides, gracias a ello finalmente di con una solución duradera.

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